La artrosis y la artritis son dos enfermedades crónicas que afectan las articulaciones y pueden provocar dolor, rigidez y limitación en la movilidad. A pesar de sus diferencias en etiología y presentación clínica, ambas condiciones comparten la característica común de deterioro progresivo de la función articular. Sin embargo, la actividad física adecuada puede desempeñar un papel fundamental en el manejo y la mejora de los síntomas asociados con estas enfermedades. A continuación, te contamos los beneficios específicos de la actividad física en la artrosis y la artritis, respaldados por evidencia científica reciente.
Introducción a la artrosis y la artritis
La artrosis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones que se caracteriza por el desgaste del cartílago articular y cambios en los tejidos óseos adyacentes. Por otro lado, la artritis es un término general que abarca diversas enfermedades inflamatorias de las articulaciones. Aunque difieren en su etiología, ambas condiciones comparten la manifestación clínica de dolor, inflamación y disfunción articular.
Beneficios de la actividad física en la artrosis
La actividad física regular se ha reconocido como una intervención importante en el manejo de la artrosis, especialmente en las articulaciones de carga como las rodillas y las caderas. Estudios recientes han demostrado los siguientes beneficios:
Fortalecimiento muscular
El fortalecimiento de los músculos periarticulares ayuda a estabilizar las articulaciones afectadas, reduciendo así la carga sobre el cartílago y mejorando la función articular. Programas de ejercicios de fuerza progresivos han mostrado mejoras significativas en la fuerza muscular y la función física en pacientes con artrosis.
Mejora de la flexibilidad
Los ejercicios de movilidad y elasticidad ayudan a mantener o mejorar el rango de movimiento articular, lo que reduce la rigidez y aumenta la capacidad funcional. La combinación de ejercicios de fortalecimiento y flexibilidad ha demostrado ser efectivos en la mejora de la función articular en pacientes con artrosis.
Control del peso corporal
El mantenimiento de un peso corporal saludable es fundamental para reducir la carga sobre las articulaciones afectadas. La actividad física regular, junto con una dieta equilibrada, puede ayudar a controlar el peso corporal y prevenir el sobrepeso u obesidad, factores de riesgo importantes para la progresión de la artrosis.
Reducción del dolor y mejora del estado de ánimo
El ejercicio físico estimula la liberación de endorfinas, neurotransmisores que actúan como analgésicos naturales y mejoran el estado de ánimo. Se ha observado una reducción significativa del dolor y una mejora en la calidad de vida en pacientes con artrosis que participan en programas de ejercicio regular.
Beneficios de la actividad física en la artritis
La artritis reumatoide y otras formas de artritis inflamatoria también pueden beneficiarse de la actividad física regular. Aunque la inflamación articular es una característica principal de estas enfermedades, un programa de ejercicio adecuado puede proporcionar los siguientes beneficios:
Reducción de la inflamación crónica
Aunque el ejercicio vigoroso puede aumentar temporalmente la inflamación, la actividad física regular de intensidad moderada ha demostrado tener efectos antiinflamatorios, lo que puede ayudar a reducir la inflamación crónica asociada con la artritis.
Mejora de la función articular y la capacidad funcional
El ejercicio regular puede mejorar la fuerza muscular, la flexibilidad y la estabilidad de las articulaciones afectadas, lo que a su vez mejora la función articular y la capacidad funcional en pacientes con artritis.
Control del dolor y mejora del bienestar psicológico
El ejercicio físico estimula la liberación de endorfinas y mejora el estado de ánimo, lo que puede ayudar a reducir el dolor y mejorar el bienestar psicológico en personas con artritis. Además, el ejercicio regular puede proporcionar distracción del dolor crónico y mejorar la calidad de vida.
Consideraciones importantes sobre el ejercicio para la artrosis y la artritis
Es importante destacar que antes de iniciar cualquier programa de ejercicio, es fundamental que las personas con artrosis o artritis consulten a su médico para recibir orientación personalizada y asegurarse de que el tipo y la intensidad del ejercicio sean apropiados para su condición. Además, los programas de ejercicio deben adaptarse a las necesidades individuales y capacidades físicas de cada persona, y se deben realizar modificaciones, si es necesario, para evitar lesiones y maximizar los beneficios.
En conclusión, la actividad física adecuada a cada persona y sus condiciones puede desempeñar un papel crucial en el manejo y la mejora de los síntomas asociados con la artrosis y la artritis. Desde fortalecer los músculos y mejorar la flexibilidad, hasta reducir el dolor y mejorar el bienestar psicológico, el ejercicio regular puede proporcionar una serie de beneficios significativos para las personas que sufren de estas enfermedades crónicas.
